XXVII- NIÑOS BUENOS Y NIÑOS MALOS


XXVII

 NIÑOS BUENOS Y NIÑOS MALOS

Niños, aún sois muy pequeños,
y son frágiles vuestros huesos;
para crecer y haceros fuertes
debéis andar prudentemente.

Debéis ser listos y pacíficos,
comer alimentos sencillos, 
y, aunque asombrados, conservar
la inocencia y la ingenuidad.

Corazón y rostro felices,
felices juegos en jardines...
así en los tiempos legendarios
crecieron los reyes y sabios.

Los que no comen, al contrario,
los traviesos, los niños malos,
no esperan nada de la historia...
¡vivirán sin pena ni gloria!

Los niños crueles y llorones
son como gansos de mayores
y los odian, cuando son tíos,
sus sobrinas y sus sobrinos.