XIII
UN BUEN JUEGO
Construimos en el desván un barco
con las sillas del cuarto de invitados,
y lleno de cojines del sofá,
nos fuimos navegando por el mar.
Llevamos un serrucho y varios clavos
y en cubos de jugar, agua cargamos;
y Tom dijo: "Yo, por si acaso, cojo
una pera y un trozo de bizcocho"; -
nos bastaba para ir a navegar
y aguantar hasta la hora de cenar.
Durante varios días navegamos
y no sabéis lo bien que lo pasamos,
pero Tom se dio un golpe en la rodilla
y a mí se me acabó la compañía.