VII- EL JARDINERO


VII

 EL JARDINERO

A nuestro jardinero no le gusta la charla,
no me deja salirme del sendero de grava;
y cuando necesita sacar las herramientas,
echa llave a la puerta y cierra la caseta.

Más allá de la hilera larga de groselleros,
donde sólo le dejan pasar al cocinero,
lejos, en los bancales, le veo cómo cava
viejo, serio, moreno y grande, con su azada.

Cava entre flores verdes, coloradas y azules,
pero no le apetece que le hables ni preguntes.
Él cava entre las flores o recorta los setos,
pero nunca parece tener ganas de juegos.

¡Qué tonto, jardinero! Queda poco verano
y el invierno se acerca y llega paso a paso;
se quedará el jardín sin hojas ni alegría
y a ti te tocará guardar la carretilla.

Pero ahora que el verano aún no toca a su fin
y pasamos el día entero en el jardín,
¡oh cuánto más simpático y sensato serías
si jugaras conmigo a guerras en la India!