A ALISON CUNNINGHAM
DE SU NIÑO
Por las largas noches en que me velaste
y a mi cabecera te quedaste;
por aquella mano firme por un suelo difícil andaba;
por las muchas penas en que me amparaste;
por tu compasión, porque me cuidaste;
por los muchos libros que tú me leíste
en aquellos días felices y triste;
mi segunda madre, mi primera esposa,
ángel de mi infancia tan dificultosa...
de aquel niño enfermo, sano ahora y adulto,
toma este librito, ayá, porque es tuyo.
Y ojalá que el cielo a cuantos lo lean
les dé en su momento alguien que les quiera,
y que todo niño que escuche mis versos
al cálido abrigo del hogar y el fuego,
perciba en la voz del mismo cariño
que en la que alegro mis días de niño.
R.L.S.
I ACOSTARSE EN VERANO
II UN PENSAMIENTO
III A LA ORILLA DEL MAR
IV AL EMPEZAR LA NOCHE
V LO QUE DEBEN HACER LOS NIÑOS
VI LLUVIA
VII HISTORIA DE PIRATAS
VIII PAÍSES LEJANOS
IX NOCHES DE VIENTO
X VIAJE
XI CANTANDO
XII EL DÍA DE MAÑANA
XIII UN BUEN JUEGO
XIV ¿DÓNDE VAN LOS BARCOS?
XV LAS FALDAS DE MI TÍA
XVI EL PAÍS DE LA COLCHA
XVII EL PAÍS DE RO-RO
XVIII MI SOMBRA
XIX CLASIFICACIÓN
XIX UN BUEN CHICO
XXI ESCAPADA A LA HORA DE DORMIR
XXII CANCIÓN DE MARCHA